jueves, 25 de mayo de 2017

LIBRE


Se sentía sola, abandonada, cada vez más alejada de amigos y familia. ¿Se estaba convirtiendo en una verdadera “cabrona”?, se preguntaba durante sus larguísimas noches de insomnio.

Le nacía un ansia de venganza, un ardor guerrero que hasta entonces habían sido irreconocibles en ella.

No podía  ser. Hasta ese ser maravilloso que siempre había querido como una parte de ella, le producía repugnancia, asco, envidia, …todo él tan perfecto, tan amable, con esa carita de no haber roto nunca un plato. Y es que, nunca había roto un plato, es verdad, pero eso a ella le daba igual, ¡no podía soportarlo!.

¿Qué decir de los demás?. Ver como se alejaban de la penosa, la triste, la quejumbrosa y lastimera en la que se había convertido era como ver huir las ratas de un barco a punto de irse a pique. ¡Que os den!, pensaba mientras miraba el móvil por enésima vez para comprobar que durante días no había recibido ni un triste watsapp.

Esa tarde se encendió  la lucecita de la pantalla. -Por fin alguien piensa en mí. Son todas imaginaciones mías. La gente anda ocupada en sus cosas, no significa que no me quieran, ¿lo ves?-, pensaba mientras se disponía a leer el mensaje: “Le comunicamos que, por falta de pago, procederemos a la cancelación de su línea telefónica”.

Por fin libre…


jueves, 4 de mayo de 2017

TREN


 
Cuando la huida es hacia no se sabe dónde. Excusas baratas. No hay nada peor.

Paseos, risas, lágrimas y más risas, a veces bajo la lluvia, otras con un sol de primavera que parece verano.

Entonces meditaba, pensaba, sufría pensando, en qué momento fue cuando todo empezó a derrumbarse. Esa historia, la historia de pérdidas en la que se había convertido su vida.

Veía a los demás cómo se relacionaban y pensaba: -nadie es como tú, nadie es perfecto como tú-

Ese amor incondicional que ella explicaba como el amor a uno mismo, era hacia el otro. La consumía por dentro y por fuera. Todo se derrumbaba. No era más que un cúmulo de escombros.

Estaba sola, enferma, indefensa, sola, abandonada, sola, triste, sola.

Se ahogaba, no podía respirar, en ese tren que la llevaba a casa. No a nuestra casa. Ese tren, qué lugar más triste, que oscuro, que miedo tan terrible allí sola rodeada de gente. Jóvenes que miran el móvil, viejos que miran el móvil, bebés mirando el móvil…que extraño.

Se ahogaba. Ya casi no podía respirar.

YA    CASI   NO

CASI

NO